Nunca corras para coger el autobús. Si yo tuviera que darte un consejo moral, sería éste: nunca corras para coger el autobús. Al menos, no lo hagas en Madrid, donde parte de los conductores municipales son sádicos, que al verte correr cierran la puerta y se van mientras tú tocas sus cristales. Es mejor que esperes 15 minutos, o 20, siempre tendrás algún tema sobre el que reflexionar o algo que observar. No recuerdo que mi madre corriera jamás para cogerlo, cuando yo era niño. La vida social se basa en la humillación, sí, pero no toleres que el que te humilla sea un conductor municipal, y menos aún a primera hora de la mañana.
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Un furgón de la policía municipal, que pone: "Investigación de accidentes". Todos miramos por la ventana, ansiosos por encontrar algo nuevo en nuestro día, pero no hay nada. Desilusión.
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Cierra, también, la tienda de telas y mantas baratas, ya no tiene nada en los escaparates. Se me rompe el corazón: era un gozo ver sus decoraciones horteras, como las habría hecho yo mismo. ¿Llegaba verano? Te llenaban el escaparate de toallas de playa chillonas. ¿Llegaba el otoño? Sacaban y ordenaban montones de sábanas y de mantas de color marrón u ocre o crema. ¿Llegaba Navidad? Gran despliegue de manteles cursis con dibujos de Papá Noel y de telas rojas como el terciopelo de la capa de los Reyes Magos. Lo que habría puesto yo mismo, vaya. Así que es como si me cerrasen mi propio escaparate.
martes, 10 de marzo de 2009
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12 comentarios:
Sí que es cierto que como te vean corriendo, en vez de esperar un momentito, arrancan mientras miran al frente para no tener que ver la cara del pobre que se queda golpeando la puerta en espera de una ayudita del conductor. En Burgos, como todo va más despacio, normalmente frenan y abren la puerta aunque hay de todo y alguno parece haber sido destinado desde Madrid, jeje. Para eso el Metro funciona mejor. Hace siglos que no cojo un bus urbano en Madrid, así que sólo recuerdo de cuando era pequeño y a todos sitios iba en autobús, deseando siempre montar en uno amarillo.
Saludos
Los del metro también lo hacen (aunque ya sé que odias viajar en metro, y creo que tienes mucha razón), no es una cosa exclusiva de los autobuseros.
Ya no van quedando tiendas como esas...se las han comido los grandes almacenes sin sabor local; son iguales en Madrid como en Miami o en Chillán, Chile....
Me gustó mucho este post. Es un poco nostálgico, pero muy actual.
Saludos
¿Es el post que da nombre al blog, como el tema que da nombre al disco?
Muy bueno.
Mi querido Fer, uds dicen autobús, nosotros en Buenos Aires: colectivo y dicen que es invento nuestro... pero esa es otra historia. El autobús y el colectivo tienen un punto en común: el conductor. En todos los lugares del mundo será así?
Investigación de accidentes? que cosa notable
Esa tienda que nombras, se parece a los almacenes de ramos generales que existían en el campo argentino, donde podías comprar desde vino, tabaco, sábanas, cubiertas para la bicicleta, corpiños, manteles, cereal para el caballo, zapatos para el hombre, azúcar y adornos coloridos de dudoso gusto de navidad, o huevos de pascua de antiguedad dudosa
Un beso.
Ramón, ¿un autobús amarillo en Madrid? Eso merece una aclaración.
Alejops, los del metro tiene un poco de justificación, porque van con horario cerrado; los del autobús no, creo.
Alemamá, sí, las tiendas grandes, las grandes cadenas, puede que sobrevivan al desastre, pero las pequeñas de barrio no, creo.
Juan Ignacio, puritita casualidad, lo primero que se me ocurrió.
Alma, no, no en todos los sitios son tan malvados, ya cuenta Ramón que en su ciudad, más pequeña que Madrid, son mejores personas. No sabía que el bus / colectivo hubiera empezado en Buenos Aires.
Nunca corro... prefiero esperar, pero de todas formas, aunque supongo que en todos sitios hay de todo, yo no he visto a ningún conductor que haya hecho eso, más bien, si ven correr a alguien, suelen esperar un poco -segundos-.
Es una pena que los comercios pequeños estén desapareciendo todos y sin embargo, los grandes nunca llegarán a ser tan personales en el trato ni tan amistosos con la clientela. Una tiendita de barrio es ....una tiendita de amigos y vecinos.
Un abrazo.
Los autobuseros de Madrid son especiales, ¿que me dices de cuando ponen el intermitente y cambian de carril a la vez sin mirar?
Yo no hubiera mirado, me impresionan los accidentes por pequeños que sean.
La perdida de la tiendecita de barrio es una perdida social, los tenderos eran amigos de la gente de la zona y lo mismo te mandaban a casa la leche que le pretaban a tu hijo dinero para el metro y luego te lo cobraban en la factura
Yeste, se ve que en Sevilla la gente es mejor, más tranquila; aquí, en Madrid, se cumple lo del hombre que es el lobo del hombre.
María Jesús, es verdad lo de las tiendecitas, aunque yo en esta de ropa barata para la casa nunca entré, era algo meramente estético, exterior.
Ah, y otra cosa importante: ¡¡gracias por venir, porque hacía meses que no coincidían en un post todos mis blog-amigos habituales!!!!
Fer, dicen que dicen que el colectivo empezó una primavera del año 1928 en Buenos Aires, ante la crisis de esos años, semejante a la que estamos viviendo hoy día y algún taxista ingenioso ofreció sus servicios por menos de la mitad del costo del viaje, llevando a varios pasajeros. El primer colectivo entonces fué un taxi y luego fué evolucionando hasta llegar a los modernos diseños que se ven en nuestras calles.
Si pasás por el Almacén, te vas a sorprender hacia el final del post, gratamente o no, me gustaría saberlo
Un beso
Yo creo, si mal no recuerdo, que cuando era pequeño existían autobuses rojos y amarillos, aunque estos últimos escaseaban. A lo mejor me traiciona la memoria, no sé. Aprovecharé a preguntárselo a mis abuelos el lunes que estaré por Madrid.
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