Voy en el Metro ("subterráneo"). A mi lado van tres asientos vacíos, luego el final del vagón, al otro lado del pasillo una pareja ya más bien mayor, besándose con pasión en la boca, otro asiento vacío y una emigrante sudamericana muy-muy oscura, enfrente de mí.
Para el tren y se sube una señora ridícula, con un encajito bordado en el cuello y una rebeca violeta. Mira ostentosamente a la emigrante, me mira a mí, mira los asientos vacíos (donde iría de espectadora de los besazos de la pareja) y, muy digna, prefiere quedarse de pie, sin perder la sonrisa.
Se para el tren, la emigrante sudamericana se levanta y se va. La señora digna se sienta en el sitio que deja, delante mío. Abre el bolso y saca una cajita de color plata, que gira y gira y mira con fascinación de niña. Los otros, a lo suyo.
Vuelve a parar el tren, y se sube un montón de gente, que ocupa todos los sitios vacíos. Al lado de la señora ridícula se sienta una alemana gigantesca, de brazos como árboles y pechos como balones. La señora violeta la mira con espanto, me mira a mí, abre su bolso, guarda la cajita plateada, cierra la cremallera y se queda con carita de pena.
Me bajo en la siguiente.
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6 comentarios:
Fernando!! estoy de vuelta a la blogosfera...aunque tengo que reconocer que nunca me fuí del todo.
Mi tiempo de abstinencia acabó,jeje.Espero verte por la nemo teka como antes.
un saludo
teka
¡Fascinante!
Me encantó volveré por supuesto besos
Querida Teka, bienvenida a casa!!!!, ya sabes que te eché mucho de menos. He buscado en tu enlace tu nueva página, y no la encuentro. ¿Me echas una mano?????
Juan Ignacio, qué amable.
Recomenzar, sé bienvenida.
fernando!!muchas gracias!sip, me siento como de vuelta a casa!
el blog es nemoteka.blogspot.com
a ver si arreglo eso del enlace!
Brillante post
Un beso
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