miércoles, 12 de julio de 2017

Cama, verano, iglesias

Para evitar el ruido del aire acondicionado de un vecino muevo mi cama al salón. Por la mañana, al despertar, me siento como en un hotel. Esto es bonito.

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Me propongo paseos veraniegos: al amanecer en el parque del Retiro, a las cuatro de la tarde por la calle desierta, por la noche junto al río Manzanares.

Pero la vida siempre sorprende. Voy a la biblioteca pública lejana. Cojo el autobús de regreso. Empieza a subir mucha gente. Deja de funcionar el aire acondicionado. Unos quieren abrir las ventanas, otros dicen que eso será peor pues entrará el fuego exterior. Todos nos abanicamos con lo que podemos, yo con el pase del transporte (pues ya he devuelto los libros). Empieza a oler a sudor. Los niños ríen o lloran, según su carácter. Parece que el autobús va a dejar de funcionar, qué miedo. Al salir hay que ir pegando codazos sudorosos para que abran paso. En la calle compruebo que llevo la camisa empapada.

Insuperable experiencia veraniega.

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Visito iglesias antiguas de Madrid. En muchas de ellas los edificios son hermosos pero en la Guerra Civil (1936-1939) prendieron fuego a las imágenes y a los cuadros. Ahora están adornadas con figuras horribles, tristes, fabricadas en los años 40 o 50 del siglo pasado.

Admiro mucho las cúpulas de San Cayetano. Al volver a casa leo su historia: se vinieron abajo en 1936, las que vemos ahora son nuevas. No lo parece.  

4 comentarios:

ojo humano dijo...

Tienes el privilegio de vivir en una ciudad bellísima. Creo que habrá lugares que te sorprenderán aún. Y el verano ¡¡¡AH!!!, sudar es parte del encanto del verano.
Estuve mirando el parque el Retiro, es realmente una preciosura, en Chile no alcanza para tanto, entre los edificios de altura y las carreteras los parques no son una opción para ninguno de los gobiernos. Las plazas son antiguas y a menudo frecuentadas por drogadictos y vagos, aparte de pequeñas. Las personas no acuden mucho a las plazas, la del Centro de Santiago es más visitada, pero no está muy linda.
Los santiaguinos se van casi todos los fines de semana a la Cordillera o a la playa para respirar aire limpio.
Lástima lo de los templos. Cuesta mucho dinero mantenerlos en buenas condiciones, aun donde se vive hay que siempre echarle "una manito de gato" para que estén presentables.
Buen verano!!!

Fernando dijo...

Gracias por tu buen deseo, Ojo Humano. El tiempo pasa demasiado deprisa. Si entendemos que el verano de Madrid empieza el 1 de junio y acaba el 31 de agosto ya casi ha pasado la mita. Una lástima.

Siento que en Santiago no se cuiden las plazas como se debiera. Son un elemento importante de la vida urbana, un lugar donde parar un rato y observar a los demás. Y lo de los templos es un problema: por eso ahora en España, en los barrios nuevos donde hay menos cristianos practicantes, se construyen iglesias más pequeñas, a lo mejor el piso bajo de una casa de vecinos.

Anónimo dijo...

Me encanta como describis la sencilla tarea de mover la cama de un sitio a otro y te sentís transportado en el tiempo, jajaja.

Ayyy el verano y sus olores. Por un lado los sabrosos aromas de las frutas y arboles que nos hace pensar en el mar o la montaña y por otro los humanos que nos recuerdan lo terrenales que somos.

Recuerdo de mi visita a Madrid que me ha quedado una deuda pendiente de visitar con mas detenimiento el Parque del Retiro y las iglesias, algunas de las cuales por fuera se veían maravillosas.

Hoy (20.07.2017) se celebra el Dia del Amigo, te mando un abrazote a la distancia.

Pido al Bloguer y sus contertulios una oración por un amigo personal muy querido y generoso hacia mi persona (Pepe) quien está afrontando una dura enfermedad con no buen pronóstico. GRACIAS!!!!!!!

Sigo sin internet, hasta que el Sr. Telecom lo decida. Soy Alma.

Fernando dijo...

En agosto me voy, Luisa, pero hacia el norte, hacia el fresco. La experiencia del bus fue asquerosa, pero muy-muy auténtica. Y sí, ahora estoy leyendo la historia de la Guerra Civil escrita por un inglés, muy veraz, nada de mitos de los buenos y los malos.

El olor humano del verano puede ser asqueroso, Alma, pero a mí me gusta, siento que pase tan deprisa y que ya estemos en la cuenta atrás hacia el otoño. Sí, en Madrid hay muchas iglesias hermosas, la pena fue que en 1936-1939 (Guerra Civil) se destruyeran muchos cuadros y muchas imágenes preciosas (aparte de matar al párroco o al vicario). Gracias por el abrazo, ahí va otro. Y rezaré por tu amigo, espero que todo mejore.