miércoles, 5 de abril de 2017

Mosca, libro, felicidad

Ya limpió el portero el cadáver de la mosca. Me dio pena no volver a verla.

...

Leo un libro que leí en el bachillerato, Entre perros y lobos, de Gilbert Cesbron. Me gustó mucho entonces y me vuelve a gustar mucho ahora pese a que en medio han pasado... ¡35 años! Narra la vida de un joven profesor francés de izquierdas, muy crítico con la Guerra de Argelia. Es acusado de cobarde y decide alistarse como oficial del ejército. En medio del horror vuelve a ser cristiano y se hace no-violento. Es condenado a varios años de cárcel.

El valor, la solidaridad, la política, la ética, la amistad, la fe, de todo se habla muy seriamente, intentando llegar al fondo de cada cosa.

Lo que más me ha enternecido ha sido encontrar las anotaciones, con mi letra de los 18 años, corrigiendo errores: "hombres" por "nombres", "ideales de 1889" por "de 1789", "quinceavo" por "decimoquinto". Está claro que ya entones yo era un perfeccionista y que ningún trabajo que hagamos es nunca inútil.  

...

Basta con que un día no te duela nada para que seas feliz.

7 comentarios:

ojo humano dijo...

Lo de la mosca, por fin. Yo sí que soy asquenta, aunque trato de vencer mis debilidades, con las moscas y mosquitos no me resulta.
Tienes una paciencia de santo para leer esas novelas con tanta filosofía. Te felicito, más aún si te ha gustado la relectura. A veces resulta más gratificante que ller algo desconocido.
Qué hermoso vernos desde lejos como fuimos. A veces me siento a ver fotos antiguas y doy gracias a Dios por esos seres que ya no están, tanta vida que disfrutamos y seguimos disfrutando. Hemos sido privilegiados ¿no crees?

Fernando dijo...

Con lo inofensivas que son las pobres moscas, Ojo Humano.

No era muy filosófica, los personajes opinan sin hacer grandes discursos (como sí que ocurría en otra suya que leí, "Los santos van al infierno"). Había mucho sentimiento y mucha vida, no se me ha hecho pesada. Y sí, es hermoso recordar cómo fuimos, pero al menos yo me quedo con el día de hoy: no retrocedería ni una hora. Y, por supuesto, yo he sido muy privilegiado: Dios siempre ha estado cerca de mí y me ha ayudado, incluso en los temas cotidianos. No me puedo quejar.

ojo humano dijo...

El esbirro, Sergei Koudakov.

Unknown dijo...

Uhhhhh había dejado hace ya unos días un comentario que me había quedado lindito, lamento que no se publicó.

Estoy sin Internet hasta que el Sr. Telecoom lo disponga

Paso a desearte unas dulces Pascuas!!!!!

Fernando dijo...

Lo buscaré en la biblioteca pública, Luisa. Parece interesante.

Gracias por la colaboración, Ojo Humano.

Lo siento, Alma, no hay nada en "pendiente de publicación". Y gracias por la felicitación, igualmente te las deseo.

dijo...

Basta con que un día no te duela nada para que seas feliz. esto es sabiduría Fernando,
te encontrarse con ese mozo al que tan bien conoces, ¡claro que es un motivo de alegría y felicidad!, te asomas una estancia pasada en la que ya, sólo Dios vive. Abrazo fraterno.

Fernando dijo...

Recuerdo con cariño al "mozo", Kim, y doy gracias a Dios por no ser ya como él.