Viernes noche. Veo la tele. Veo dos programas al mismo tiempo. La película española Las cosas del querer. Me río. El programa de imitación de cantantes Tu cara me suena. Me río.
En un intermedio veo las noticias. Ha habido un atentado en París, unos 10 muertos. Me horrorizo. "Qué horror". Al poco me canso de ver las noticias. Vuelvo a ver la película española. Me rió. Vuelvo a ver el programa de imitación. Me rió.
Vuelvo a ver las noticias. Los muertos ya son 25 o 30. Me horrorizo. "Qué horror". Me vuelvo a cansar de ver las noticias. Vuelvo a la película española. Vuelvo al programa de imitación. Vuelvo a las noticias.
...
El sábado por la mañana las radios tienen un tono fúnebre, solemne. Habla Obama. Habla Merkel. Habla Rajoy. Quito la radio para limpiar la casa. Cuando la vuelvo a poner, a última hora, el tono es divertido: en una hablan de viajes por África; en otra dan una receta de espaguetis; en otra presentan un libro de canciones.
Por la tarde paseo por la calle Serrano, cerca de la Embajada de Francia. Unas muchachas francesas contemplan el escaparate de una tienda de lujo, hacen comentarios a gritos sobre los bolsos, ríen.
lunes, 16 de noviembre de 2015
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9 comentarios:
Por aquí diríamos: una de cal y una de arena.
La vida sigue, a pesar de todo... El miedo y la tristeza duran un tiempo.
Un saludo
Tu post me ha recordado en tercer capítulo del Eclesiastés: " Hay una temporada para todo,un tiempo para cada actividad bajo el cielo..." (etc.)
A cada edad su encanto y sus problemas.
Igual que en Madrid, Alma.
Eso es lo que nos permite seguir adelante, Kris: a las personas y a las sociedades.
Es una gran frase, Ojo Humano. Una vez la citó un diputado español en el Congreso y dijo "Como dice el Libro de Job...".
Demasiado acostumbrados a noticias tan duras, vivimos una época difícil Fernando.
Andaba bien perdido tu diputado...
Dios nos ayudará, Tomae.
Si sólo fuera en eso, Ojo Humano,...
Pues ya ves qué distintos somos. Yo me quedé enganchada a la noticia hasta el punto que a las cuatro de la madrugada no había podido conciliar el sueño. Me ponía en la piel de los franceses.
Tenemos que hacer algo para sobrevivir a estas realidades tan duras; entiendo la necesidad de buscar válvulas de escape que se manifiestan de muchas formas, en la risa, por ejemplo.
Besos, muchos
Por eso titulé mi post "Frivolidad", Luisa: porque sólo aguantaba a ratos las malas noticias, porque prefería aprovechar el tiempo riéndome. Y por eso me gusta tanto leer tu blog, tan profundo.
Lamentable todo lo que está viniendo después.
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