jueves, 12 de noviembre de 2015

Contaminación, otoño, Cataluña, parque

Salgo de Madrid, voy a El Escorial. A la vuelta la contaminación nubla la vista de la ciudad como si alguien hubiera pasado una brocha con agua sucia.

Milagro del otoño sin otoño. Aún hay pájaros que cantan, aún hay hojas verdes en los árboles, aún se puede tomar cerveza en las terrazas.

Días de sufrimiento por la crisis independentista de Cataluña.

Tras la cena tengo ansiedad y paseo hasta el Parque del Retiro. Miro a través de las puertas. ¿Por qué un parque cerrado tiene las farolas encendidas toda la noche? En el barrio elegante de alrededor, construido en los años 1960, las casas tienen dos portales, dos escaleras, dos ascensores, en unos no pone nada y en los otros "Servicio". Las casas nuevas de los ricos ya no tienen esa puerta, no sé por dónde entrarán los sirvientes. En las cafeterías los camareros recogen las mesas y las sillas mientras los demás ven la televisión en casa o duermen.

4 comentarios:

ojo humano dijo...

Tienes lugares de tanta belleza para pasear, qué bendición.
Yo me conformo con las 2 manzanas de mi barrio que no son tan bellas como tus palacios pero en esta época bullen de aves y flores.
En muchas casas de Chile también hay dos entradas, la puerta principal y la entrada de auto. Eso está cambiando con los edificios modernos, conserje y todo eso.
Se feliz. Dios te ha rodeado de su creación (aunque a veces ha ocupado manos de hombres)

ALMA dijo...

Aquí es primavera y los pájaros no saben si trinar o emigrar, ya que un día hacen 30 grados, a la tarde cae granizo y en otras regiones aún nieva... Que mal estamos haciendo a nuestra casa, la única que tenemos!!!!!

El tema de las luces, veo que en todas partes es igual.

Las casas opulentas, grandes, factuosas con varias entradas son signo de la riqueza de tiempos pasados. Tal vez muy pronto desaparezcan ya que los recursos no siempre alcanzan o sus ocupantes le parecen demasiado grandes para una pequeña familia y terminan - como en mi barrio - bajo la picota, dando lugar a coquetos edificios, con mucha modernidad y escaso espacio. La sociedad va cambiando. Nosotros vamos cambiando aunque nos cueste creer.

Fernando dijo...

Bueno, Ojo Humano, no creo que una chilena pueda envidiar a nadie por la belleza que le rodea: los españoles que han estado por allá se han quedado impresionados por todo. Y sí, es importante ser feliz con lo que Dios nos ha dado, aunque una nube gris cubra nuestras cabezas, como ocurre ahora mismo.

Hermoso lo del tiempo que cambia en un solo día, Alma. Y sí, todo cambia, en los años 60 en Madrid lo más era tener un piso en una casa con puerta de servicio, con conserje y con ascensor. Ahora lo más es tener tu casa para ti solo, con tu jardín, con tu valla de 3 metros, lejos de los demás. Supongo que en Argentina será igual.

Luisa dijo...

Lo mismo lo de las luces del Retiro es porque Carmena todavía no ha tomado cartas en el asunto... :)
Besos, muchos