martes, 31 de marzo de 2015

Tarjeta, regalo

Pierdo la tarjeta de la que os hablé.

Pido una nueva, con 0 €, y recuerdo -una vez más- él consejo de Kipling:

"Si vuelves al comienzo de la obra perdida
aunque esta obra sea la de toda tu vida".

...

Voy al cine.

Hay dos puestos de venta de entradas.

La pareja delante mía, muy simpática, se vuelven y me dan un papelito: es un descuento para la entrada, ellos tienen otro y no lo van a usar, me lo regalan. "Gracias", les digo. Pero pienso rápido: un gentleman no acepta regalos de desconocidos, un gentleman no pide rebajas en el cine. Pido  a Dios que compren su entrada rápido y se vayan, pero no puede ser, ahí siguen y él me mira. Compro la entrada sin descuento. Noto que él me mira con odio. Me voy, aún queda un rato para la película.

"¿Por qué tengo que ser como soy?", me digo paseando, "¿cómo voy a acabar?".

Miro por curiosidad el descuento: el plazo para usarlo acabó dos días antes de estos hechos.

4 comentarios:

ALMA dijo...


No pude dejar de sonreir al leer tu post. Hace ya un tiempo viví una situación similar, en un cine, una señora me invitó a compartir su tarjeta de descuentos. Le dije que muchas gracias y la señora se enojo mucho conmigo ya que - argumentó - no sabía aprovechar de su generosidad y derrochaba mi dinero al pagar mi entrada completa.


"...Soy lo que soy
no quiero piedad
no busco aplausos,
toco mi propio tambor
dicen que esta mal,
yo creo que es hermoso.

Por qué tengo que amar
según los otros dicen,
trata de entender
las cosas de mi mundo.
La vergüenza real
es no poder gritar
yo soy lo que soy.

Soy lo que soy
no tengo que dar
excusas por eso
a nadie hago mal,
el sol sale igual
para vos, para mi, para todos.

Tenemos una sola vida sin retorno
por qué no vivir
como en verdad somos,
no quiero fingir,
no voy a mentir,
yo soy lo que soy.

Paren de censurar
hoy quiero gritar
yo soy lo que soy."


Soy lo que soy
Sandra Mihanovich

ojo humano dijo...

Vaya, qué situación más rara.
Nunca alguien me ha ofrecido un descuento, en general soy desconfiada, aquí le llamamos "el cuento del tío" si alguien no pone una oferta muy tentadora. Antes éramos más ingenuos, hoy pecamos por escépticos.
Oajlá que la pelí te hiciera pasar la molestia.

ojo humano dijo...

Por cierto, leí este poema y me acordé que algún día escribiste sobre la edad.
http://wonalixia.blogspot.com/2011/08/la-juventud-es-un-estado-del-espiritu.html

Fernando dijo...

Qué casualidad, Alma: somos almas gemelas. Y gracias por el bonito poema.

Igual pasa en España, Ojo Humano: a estos 2 les movía una buena intención, pero yo hubiera hecho el ridículo si intento usarlo. Y gracias por el enlace.