Sigo leyendo sobre la historia de España en el siglo XIX.
El 17 de julio de 1834 había una epidemia de cólera en Madrid, cada día morían decenas de personas, la Corte y el gobierno habían huido. Alguien (¿los masones?) divulgó que los culpables eran los frailes, que echaban veneno en el agua. Una multitud se volvió loca. Sucesivamente asaltaron el Colegio Imperial de San Isidro (jesuitas) y los conventos de Santo Tomás (dominicos), San Francisco (franciscanos) y San José (mercedarios), sin que la policía hiciera nada. Fueron matando frailes y legos, entre 75 y 100, de forma violentísima y salvaje. Aprovechaban para destruir imágenes u objetos sagrados. Sólo se tranquilizaron al caer la noche. Al día siguiente el ejercito impidió nuevos desórdenes.
Fue la primera matanza anticlerical de la historia de España.
Paseo por la zona. En el antiguo convento de franciscanos hay ahora un delicado jardín municipal de dalias. Donde estaban los jesuitas se levanta el instituto de San Isidro, cerrado por las vacaciones escolares. El convento de Santo Tomás ardió a finales del XIX, ahora está ahí la iglesia de Santa Cruz, con la muy venerada imagen de San Judas Tadeo, patrón de las causas imposibles. En fin, en el solar del convento de los mercedarios está la plaza de Tirso de Molina, llena -a esa hora de la tarde- de gente de aspecto muy sospechoso.
Todo es calor y silencio. Apenas hay nadie por la calle.
En ninguno de los cuatro lugares hay ninguna placa que recuerde aquellos hechos o a los muertos. La vida siguió. Durante décadas la Iglesia española temió, detrás de cada levantamiento liberal, que se volvieran a producir sucesos como los de aquel día.
martes, 16 de julio de 2013
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7 comentarios:
Por estos días (invierno encerrada en casa) leo Historia (parece que somos hermanos) de la Iglesia en China durante la Revolución Cultural.
También allí murieron muchos cristianos, personas de las cuales no se sabe ni el nombre, aunque tengo la certeza que están inscritos en el "Libro de la Vida", al igual que los que relatas.
A veces siento que nuestro evangelio es casi frívolo frente a aquellos gigantes de la fe.
Dios nos dé su Gracia.
Seas bendecido con un feliz y edificante verano
En todos lados se repite la historia. Decenas de muertos inocentes, curas o frailes o quien sea consagrado masacrados, templos incendiados, sacerdotes expulsados . . .y nadie los recuerda.
Al menos los soldados tienen una placa “al soldado desconocido“. En casos como el que relatas en el post, deberia al menos recordarse los hechos para que no sean olvidados por las generaciones presentes o venideras.
Qué interesante, Fernando ¿Por qué has desactivado la posibilidad de recomendar tus entradas en Facebook o en Google+. A mí me gustaría divulgar algunas. Por ejemplo ésta.
Murieron y siguen muriendo, Ojo Humano: no sé en tu iglesia, pero los católicos chinos siguen teniendo muchos problemas de cárcel y persecución, ahí no hay apertura.
Así es, Alma, nuestras ciudades están llenas de placas, "aquí murió el soldado tal, acá falleció el héroe cual", pero de estos pobres frailes no queda señal alguna.
Hummm... Investigaré cómo se hace eso, Inmaculada. Gracias por el elogio, qué amable.
En todos los grandes cambios de estado el poder de la Iglesia era temido y por tanto el blanco idóneo para desmantelar por los idealistas que no querían a los religiosos.
Los cristianos siempre han sido el primer punto de mira a derribar.
Besos, Fernando.
Que las Leyes recortaran el poder excesivo de la Iglesia podía ser una cosa razonable, Yeste; pero que se acometiera de esa forma contra frailes indefensos fue un acto tremendo, que condicionó la forma de ver la política de media España.
por qué se eliminan las lápidas con los nombres de los sacerdotes matados por los republicanos en la guerra civil ???
una cosa es perdonar que se hace o se intenta hacer ?? pero quitar un sencillo recuerdo de una tapia d eun cementerio donde murieron asesinados 20 frailes ?? por qué se hace ??
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