miércoles, 15 de noviembre de 2017

La adoración de los pastores, de El Greco

Admiro en el Museo de El Prado La adoración de los pastores, de El Greco. El Niño Jesús, luz del mundo, ilumina lo que está frente a él y deja en tinieblas lo que está de espaldas, como ocurre con el pastor más cercano a nosotros.

Llega una japonesa, se pone a mi lado, contempla asombrada el cuadro, se agacha, echa su rodilla derecha al suelo. Esto me emociona. ¿Es cristiana y está adorando a Jesús en Belén? ¿Es una amante del arte que queda rendida ante tanta belleza?

Me fijo bien. Se le ha desatado la zapatilla, la está atando. Luego se levanta y se va con el resto del grupo.  

6 comentarios:

dijo...

¿Tal vez una coreana, Fernando? La Encarnación es ese Sol que ilumina la realidad y en efecto, disipa tiniebla y restaura, ¡Viva el Salvador!
Abrazos fraternos.

ojo humano dijo...

Tremenda parábola, tu historia, Fernando.
A menudo voy al barrio Meiggs esperando ver algo que tenga relación con Jesús esta navidad, pero nada. Todo es dedicado a unos renos desnutridos y un pascuero gordo y bonachón, vestido con ropa de invierno y aquí con 33 grados. "Na' que ver".

Fernando dijo...

¡¡Viva!! Supongo que era japonesa, Amado Líder: no hay muchos compatriotas tuyos que vengan a Madrid, pilla un poco lejos.

Igual pasa en Madrid, Ojo Humano: viendo las luces de las calles es difícil saber si es Navidad, Carnaval o Halloween. Es una lástima que hayamos perdido nuestras tradiciones en muy poco tiempo.

Fernando dijo...

Ante todo la verdad, siempre, Luisa.

Unknown dijo...

Me quedo con la imagen del cuadro.

Fernando dijo...

Una maravilla, Alma. Y me pilló en un día inspirado para verlo.