viernes, 6 de febrero de 2015

Libros

Mi cabeza envejece.

Saco de la biblioteca pública Bajo el volcán, de Malcolm Lowry. Hace años me gustó mucho. Narra el paseo durante la Noche de Difuntos en una ciudad mexicana del cónsul británico alcohólico, su ex-esposa y su hermano. No soy capaz de llegar a la página 100 y lo devuelvo.

Saco El factor humano, de Graham Green. Es una historia cómoda de espías ingleses, uno de ellos es un agente doble del que sospechan sus jefes. Aún no había ordenadores ni teléfonos móviles. Me engancha pronto, me quedo leyendo hasta muy tarde por las noches.

6 comentarios:

Nodisparenalpianista dijo...

Lo bueno resiste, Fernando.

ojo humano dijo...

Visité en su casa un hombre de 95 años. Aun así, él recuerda casi todo, cocina, huertea y tiene buena salud. La vejez es un estado de ánimo, más que un conjunto de años.
Disfruta la lectura, gran placer.

Unknown dijo...

A mí me pasa igual con la lectura, Fernando, si el libro no en cuestión no logra engancharme desde el principio, malo será que lo lea a gusto, y eso que nunca he dejado un libro sin leer por malo, lo he cogido y lo he soltado pero al final lo he terminado.
En cambio si desde primera hora no puedo apartar los ojos de sus letras, entonces me viene muy bien dormir tan mal, porque lo termino en poco tiempo.

Besos Fernando.

Luisa dijo...

Ahora estoy leyendo Cien años de soledad. Un libro que he descartado en innumerables ocasiones y que me está gustando.

Desde luego para leer por la noche, algo que sea ligerito jejeje

Besos, muchos

ALMA dijo...

No me creo eso que tu cabeza esté envejeciendo.

Entiendo que hay lecturas apasionantes o pasatistas en un momento determinado y luego al tratar de releer, o creer que nos atrapa alguna trama descubrimos que las condiciones son otras y por lo tanto hemos cambiado y no nos interesa.

Casi como un tango:

"Y ahora que estoy frente a ti
parecemos, ya ves, dos extraños...
Lección que por fin aprendí:
¡cómo cambian las cosas los años!
Angustia de saber muertas ya
la ilusión y la fe...
Perdón si me ves lagrimear...
¡Los recuerdos me han hecho mal!"



Como dos extraños
Laurenz - Contursi

Fernando dijo...

No sé yo, Nodisparen. Gracias.

Igual le ocurría a mi abuela, Ojo Humano, que murió con esa edad. Qué bonito lo de "huertea".

Yo uso mucho la biblioteca pública, Yeste, eso te da la libertad para devolver un libro si no te engancha, cosa que no ocurriría -quizá- con uno comprado.

Imagínate que te duermes leyéndolo y se te cae en la cabeza, Luisa, habría que llamar al médico. A ver si esta vez es la "refinitiva", como decía un conocido mío.

Qué bonito el tango, Alma, y qué bien refleja que los años nos cambian y ya nada es igual.